Despertar en Ayotzinapa

Desperté entre humos sacros,

el coro de ángeles virreinales entonaba:

«Harás también un altar para quemar el incienso» (Ex 30, 1)

Entonces se elevó el incensario hasta llegar a la altura de mis ojos, -ellos- lo movían de adelante para atrás y nunca de atrás para adelante. Me enseñaron que esto constituía una sola oscilación, pero que en el caso de requerir una doble oscilación se debería repetir el movimiento externo, haciendo más pronunciado el segundo que el primer movimiento.

La dignidad de la persona o cosa, determinará si la oscilación es una o es doble y es así como se oscilará una o 43 veces más.

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Por Melissa Méndez