2014

Resulta que a veces confundo el 2011 con el 2012 y el 2012 con el 2013, también he olvidado lo sucedido entre el 2000 y el 2009, aunque no sé si el 2009 es el que en realidad recuerdo y el 2010 el que he olvidado. De igual forma, en estos años he olvidado datos personales como teléfonos, direcciones, mails, e incluso mi edad (mmm bueno, quizás esto sea por conveniencia) también confundo nombres, lugares, eventos, y no, no es el alcohol o las drogas, fue la llegada del tercer milenio el culpable de mi alzheimer, porque cosas anteriores al 2000 sí que las recuerdo.

Cuando comenzó el 2000 creí que finalmente llegaría el apocalipsis como indicaban las premoniciones de Nostradamus y otras lecturas, películas y programas de dudosa reputación habían vaticinado durante mi preadolescencia, pero nada ocurrió… e incluso ya con mis veintitantos intenté mantener la fe por el 2012; pero era claro que el apocalipsis jamás llegaría, por lo menos no de la manera en que yo lo esperaba…

Ahora he comprendido que todo lo que rodeaba al tercer milenio no era más que una construcción «hollywoodense» y la consecuencia de consumir malas drogas y/o dejarse demasiado tiempo una barba blanca y sucia durante los siglos pasados. Pero mis reflexiones llegaron bastante tarde, era evidente que todo aquello había producido en mí una fisura mental, producto de la espera por un alivio, una cura que no llegaría nunca, y digo alivio porque ¿qué mejor manera de acabar con una humanidad decadente, egoísta y podrida que con un armagedon?, ¿pero supongo que no sería justo verdad?, en fin… De cualquier manera moriré en este maldito milenio, y no será gracias a la erupción de un volcán, o por un superterremoto, tampoco moriré a manos de un zombie que me persigue mientras corro de la manera más sexy tipo Carmen Electra con un top blanco sin brassier, no, no, no… Sé que moriré de una enfermedad llamada neumopatía fibrostática intersticial postraumática, o algo por el estilo, a los 80 años diciendo incoherencias y con un pañal enorme encima, y créanme,  ni el doctor va a poder explicar bien que significa esa enfermedad (sí, a pesar de los grandes avances científicos del milenio).

Y bueno, no intento ser grinch, pero la verdad es que no hay escapatoria, el llamado nuevo milenio me tragó y también va a escupirme, tal como la ballena hizo con Jonas o con pinocho, y bueno, creo que en realidad va a tragarnos a todos, excepto si eres alien y esas cosas, pero en este proceso de mala digestión me he procurado un nuevo propósito… Recordar, y no porque recordar haga la expulsión más pronta, o eso me permita rasgarle la pobre pancita a la ballena, !naaaa!, nada de eso, sino porque recordar permite que voltees a ver tu propia vida, te da la oportunidad de entenderla, de reinventarla, de jugar, de adornarla o austerizarla (creo que me inventé esa palabra) de matizarla u opacarla, pero no mediante un filtro de instagram o photoshop, sino de uno digamos más fidedigno, y creo que definitivamente esto es mejor que el embotamiento que produce la matrix, ya que hoy en día todo es tan automático e inmediato que también ya nos da hueva recordar y como aún no existe un botón para esto, mi propósito para el 2014 se traduce en: No quiero una mac, no quiero una tablet, no quiero videojuegos, no quiero el iphone nuevo, no quiero tv de pantalla plana, ni un robot, ni un super consolador (ok, pensándolo bien esto podría ser una excepción) ni un auto volador… Lo que quiero es un jodido diario, sí, como el de Ana Frank, como el que vende Paulo Cohelo por 300 pesos, bueno no, ese no obviamente, pero sí quiero un diario, es cursi lo sé, endemoniadamente cursi… pero es así… Tan simple y tan prosaico como eso.

ballena