Movimientos de la luz

Sebastiaan Bremmer

Sebastiaan Bremmer

 

Usé cocodrilos para atrapar poemas,

querían seda,

enredarse de suavidad

para abandonar

los pantanos

y brillar tumultuosos,

imitando luciérnagas.

Arrojé cocodrilos

esperando un reclamo,

sus atmósferas iban de renglón a renglón

trazando su poderío, sulfuraban.

Subían

sobre las damas cuando ellas estaban desprevenidas

en el baño, intentaban desterrar la noche y en su lugar

plantar un pueblo de poemas dóciles que estrecharan

el vuelo de mariposas con alas de plata. Querían ante

todo regresar, revestirse de seda, ser cargados en las

bolsas de las señoritas como un gran recuerdo de su

existencia: ruidosos, aclamados al ser leídos

sobre las piernas de la señorita,

y con su piel atenuada

hacer de nuevo olimpos sobre ellas.

Querían mitigar el fuego,

ser cándidos con un lenguaje desprevenido

y fue que usé cocodrilos.

La mayoría ya había escapado

por la noche,

sólo algunos se quedaron,

aleteaban quebrados y boqueaban

como peces,

pataleaban tan orates de verse

maltrechos, esperaban.

Con los días extrañaron los

baños de sol,

hicieron fogatas

e intentando de nuevo ser estelas,

se calcinaron varios de ellos pensando

que el sol se atisbaba en el fuego creado.

Sobrevivieron, quedaron negros, ígneos,

monstruosos y fue que por fin aventuraron el grito

al verse.

Intentaron la venganza,

por las noches hacían planes para lacerarme:

me visitaban en mis sueños

transformados en la lejanía

de todas las mujeres que abandonaron,

en otras,

se decían mi reflejo

a los dieciséis años

murmurando:

lo logré.

También el ahogo,

la inanición,

casi ganan,

pero lentamente se fueron transformando,

de ser hombres se volvieron eunucos,

su castración no fue fingida,

tiraron sus miembros negros

afuera de la página,

y al fin montaron los poemas sobre cocodrilos,

enlodados, siguieron el abuso.

 

Eduardo Reséndiz

Contacto: http://www.abraxas894.blogspot.mx

Sebastian Bremmer

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